Quedate a mi lado










Quítame en las horas

todos los minutos y segundos.

Róbame el cielo,

y sus nubes de algodón,

quédate con las mañanas

en los balcones de pasión.

Mantén aprisionados

los instantes del recuerdo.

Desaparece el aire circundante

e incluso deja que mi respiración

llegue extinguirse.

Consúmete todas las puertas y ventas,

que no me queden salidas,

y que las paredes

se vuelvan grises y acabadas.

Húrtame el deseo e incluso las ganas,

las desganas, las nostalgias

y mis lagrimas de alegría.

Mata mi seguridad y mi autoestima

en la alcoba de mis sienes.

Destruye mis conexiones con el mundo

y con los que algún día amé.

Quédate con mis poesías y mis versos,

quédate con mi corazón y mis despistes.

Calla las mil palabras de mi boca

y para a mis manos escurridizas en tu cuerpo.

Termina mi lucidez

y que mi sabiduría se escurra por el escusado.

Que mis años mueran en una noche de silencio.

Comete mis labios

y entiérrame vivo si te apetece.

Eleva todos mis caminos

y borra todas mis veredas.

Formatea mi cerebro,

concluye toda historia en mi vida.

Confina al infinito mis deberes,

confínalos al universo de la nada.

Y si quieres que nada quede,

que nada exista, que nada sea.

Pero quédate a mi lado,

déjame mirarte esta mañana

mientras duermes,

déjame tocar tus labios

con mis dedos.

Déjame vivir un segundo más contigo.

Corazón (心)



















Mis palabras parecen consumirse
en este expectante pensamiento,
mis deseos corren por mis dedos
y terminan en cada uno de tus lunares.

En tu cuerpo parecen contenerse,
todos los placeres y sabores de esta vida.
Y se acurruca entre hombros y pecho
el sorbo de vida que me contiene.

. . . entre los pliegues de tu alma
escucho el latido de tus anhelos,
a tus ojos les cuento de mis pasos,
de mis mensaje inconclusos.

Y esta historia continua mas allá,
donde las sombras y tatuajes de tu cuerpo
ya no se distinguen del horizonte,
donde todo sucede en crescendo.