Mollusks chat with me.


Even so far I can have the same feeling
even with this distance I can hear you beat.
But apparently nobody tell him to my heart
the you are not here, what is this meaning?.

I’m just other message in the message,
other sad song who play in the silence of you room.
I’m meant to be this?, undefined person ?
but even worst I can remember how cry.

And this are my days; watching the wall cry for me.
Looking how die the wind in my graveyard.
Mollusks and worms seem to chat with me
what can not talk, talk to me, taught me.

And this is the summarize, the fact of the reality,
I miss you under my skin, under mi skull,
and I call you name, day, after day, after live, after die.
But this who I am, the live person missing strangers

I will call it love


I will call it love,
but this slowly setting ...
this who seduces my temples to a leak as long time ago ...
... This feeling of my yesterday that emanates adjacent
to a strange melancholy the I disguised as pleasure ...

... Forcefulness accumulates over the years,
it vanishes
opprobrium of my malice and my fears,
complicit of the misery ...
This Endogenous appearance ... that my cries reverence,
fed hopes,
satisfy the crude fantasies of my runners joy ...

... Waving his substance in my eyes shining of innocence,
This feeling is a plague that consume me without my inner strength,
my hollow though it does not delve into them,
my tears do not stop but them watering my dreams ...

And I can not be more happier;
The cap of the heaven stop me,
and it is so easy to make a star,
it's so easy to caress the sun.
Burns my life just one moment that always decides,
always resolves to return to live under a blue litmus.

I will call it love, but ...
but I will look listen your lips,
I will seek a piece of your hands on a piece of my skin,
and all my torment will end, how calm in the wind,
my days will begin,
as new and renewed I'm sure.

I never expected this morning and the chagrin of cooking feelings,
I will continue until I reach where the clarity of my memory.
And I will gleaned margaritas or lilies, whoever they were,
always be the same intention, perceiving of the now.

I did not invent;
is something that was given,
something to change my eyes,
something that bloomed on the sidewalk,
nobody noticed and nobody appreciated.
You were the longest and evening twilight I could hallucinations,
The best time in the day,
the most sensible idea came to me.

And I want it all,
the universe,
the infinity,
as unattainable,
what mortals like myself can not get or achieve.
I stretch my hands,
looking for a bit of bread because I die of hunger
I hope to satisfied the need to be asleep in the love

Deberías de verme 27/09/08

Deberías verme llorar,
estas lagrimas no son de dolo,
es que aun no lo entiendo.

Y es que esto que siento
en el pecho de mi corazón,
la copa de vino que sostuvo mi mano,
esa canción que nació de tus ojos.
Tus ojos que ahora no están,
y la canción no tiene sentido
Como el tanta veces; lo siento
que se repetía como letanía en tus labios.

Por más fuerte que agarro tu mano,
es sólo otra poesía absurda en mi colección.
En el museo de mis amores y placeres,
el repertorio de mis te amo y te quiero,
mis horrores y deberes que puse en tus manos.

Aun así deberías verme llorar,
con lagrimas de arena
y sollozos de fuego.
Deberías de ver, mi cara lavado al espejo.
Y esperas que te crea
que te fuiste por el bien de los dos
Y son tus palabras como crisol
que como en el cereal de cada mañana.
Y me tiro al sofá a repasar las palabras,
las miradas, y doy vueltas y vueltas en las caricias,
repaso tu piel para ver si algo olvidé.
¿Algo que no te dije te alejó de mi?

Me rendí a tus encantos y a tus domingos de paso.
Me di a tus pensamientos sedientos,
a las olas de tus deseos me entregué sin pensarlo.
Surqué tus pesares y en las noches tristes amanecí con las curas.

Pero deberías ver que ni parezco aquello que fui.
Deberías de ver que si te extraño, y me grito al espejo extraño.
La saudade no basta, también te la llevaste contigo.

Deberías de ver, que hoy sin quererlo,
volví a abrir aquella puerta por la que entraste,
aquella que abriste muchas veces.
Y si esto fue amor, entonces; sábete que te amé mucho.

La maldición (Capítulo 2 de una novela sin título)


Corre la camilla al interior del hospital, su mente esta confusa, sus ojos amoratados por el dolor de su alma que destila una lagrima de nostalgia que sólo él podía percibir. El doctor le hablaba claro y fuerte, mientras el tiempo parecía alentarse y las imágenes turbaban sus deseos de morir, ¿era acaso qué él quería morir?, ¿era acaso qué no le quedaba ningún motivo pendiente para pedirle al instinto que le de un poco más de fuerza para resistir?.

-¿Éste es mi ultimo momento? -sesgó en su alma mientras el doctor supervisaba el pulso cada vez más superfluo.

-¿Ésta es mi ultima pregunta?

El doctor le grita a la enfermera

-¡un poco de reanimante que se nos va…!

Un silencio de siglos pareció darle cordura… cordura el voluble pensamiento…

-Dejé los periódicos en el camellón, dejé el dinero en el bolsillo, si salgo de esta me mataran estoy seguro, si sobrevivo a esta minuta de mis circunstancias quizás será mejor que aquí quede mi mejor pensamiento en este mundo de silencio que desconozco.

Mientras en la realidad el balbuceaba:

-¿y los periódicos?

El doctor dibujaba una sonrisa con su mandíbula tan tiesa que nunca sonríe;

–hoy no daremos malas noticias -articuló el doctor.

-Léame las características enfermera –proliferó el doctor tratando de hacer algo con el paciente.

-Hombre caucásico de 18 años, con domicilio en la calle Alameda norte numero 20, colonia Los paraísos, fracturas múltiples en ambas piernas, quemaduras de segundo grado en los brazos y tórax, rodillas fragmentadas y mucha perdida de sangre, el tipo de sangre es RH negativa.

-Bien -Asevero el hombre con mucha seguridad en sus intenciones.

-Vamos a llevarlo a quirófano para comenzar a operar las heridas internas y ver que podemos hacer con los huesos rotos, por lo pronto voceé al anestesiólogo que se le necesita en la sala de urgencias.

Resistir aquellos instantes eran como el cuento interno de una fabula, hasta donde recuerdo; yo sólo estaba agarrado de los brazos de mamá que esperaba inquieta en la sala de espera. Los segundos eran tan lentos como pensamientos atascados en la melancolía de alguna herida pasada, tan pesados he intensos que respirar costaba hasta los huesos, hasta que el resplandor del furor del instante que ni siquiera intentaba morir, sino al contrario se resistía con todas sus fuerzas a permanecer inmóvil; a permanecer eterno.

Aquel día era un 13 de octubre, el cumpleaños de mi hermano. Pero nada de aquella hora, de aquel día parecía favorecerle o agradecerle el favor de existir.

En la sala de espera un tono fúnebre acompañaba el aire y el tic-tac del reloj en la pared pasajera que nos dividía a las portezuelas de entradas al resto del hospital, hacían la espera una especie de muerte en vida. La decadencia de los colores blancos con verde que destelaban del tragaluz a unos pasos de nosotros que desfiguraban la entrada, coincidían con las lagrimas tuertas que mi mamá sollozaba de vez en vez que algún pensamiento de nostalgia le atacaba a su mente.

Ese día recuerdo claramente, cuando al inicio del alba aun antes de que el sol tuviera la intención de aparecer en algún pedazo del cielo, mi hermano se vestía seguro y latente mientras despejaba sus últimos pensamientos:

-No queda mucho en la alacena, y mañana será día muerto, así que será mejor si trabajo hoy y no mañana, quien sabe que necesidad pasaremos, aunque la verdad no quisiera, la verdad es que anhelo…

-Fernando, Fernando…

-¿ya estas de pie? -El grito silencioso de mi madre en algún rincón de la cocina resonaba en el cuarto que compartíamos cuatro, yo quizás el más insignificante de todos, pero que a esas horas mi curiosidad ya estaba en pie.

Mientras el seguía pensando:

-Debo hacer mi mejor esfuerzo, aunque que daría por comer pastel, como hace muchos años…

-¡Fernando…! ¡contéstame hijo! -la voz insistente de mi madre que ahora era un grito atónito que retumbaba en nuestra pequeña casa a lo que mi hermano trato de acallar con un:

-ya voy…

Yo no hice el más mínimo esfuerzo para levantarme, dar señal de vida a esas horas era de seguro adquirir una tarea de esas que un niño como yo odiaría. Siempre admiré a mi hermano, era como descubrir los pasajes de una cueva escondida en tierras lejanas a través de su sonrisa y sus ganas de vivir, él; de todos, era mi favorito y yo el suyo, siempre reíamos y para todos mis cumpleaños se las ingeniaba para hacerme feliz, y aquel día, aun no sé por qué me quedé pegado a la cama, cuando aun se cambiaba.

Algunos minutos después se oía la discusión desde la cocina, pero ahora mi padre al que siempre llamé José y que por cuestión de costumbre llamaré así; se había colado a la platica.

-Hoy no es un buen día para salir hijo –José que argumentaba más como sugerencia.

-No quiero que nos falte nada, recuerda que mañana es día muerto y tengo que aprovechar la venta de hoy –firme en su propuesta; mi hermano que estaba seguro de salir a vender algunas revistas y periódicos.

-Salir hoy no es buena suerte –impuso mi madre.

Un silencio incomodo lleno la casa, como si aquellas palabras tuvieran sentido, pero parecieran tan remotas, tan lejanas, tan absurdas como para escucharlas.

De todos modos iré –y ese brillo en los ojos que Fernando tenia, esa mirada que nada ni nadie podía persuadir se dibujó en su semblante, desafiando la superstición de mis padres, desafiando la maldición que se cumplió.

I have to reveal my self; I just have eyes for you.




















Necesito revelarte a mi mismo.
Sólo tengo ojos para ti,
si; alguna vez lo dije.
Porque alguna vez lo escuche,
pero es bueno saber
que cada que miro,
mis ojos cambian.
Es bueno saber
que mis sentimientos
pueden divorciarse,
que mis manos
pueden cambiar de piel,
mi nariz puede oler
mil olores a la vez
y seguirá siendo mi nariz.

You can call me hypocrite,
but this is who I am
this is what I can not change,
I was never a lamb.

Sólo tengo ojos para ti.
Y en mi conciencia te llevo
pero no puedo evitarlo;
decirlo sin sentirlo.

You can leave me if you want,
desdéñame, arrancarme, evitame.
You can drop me if you wish
but I will be me and again me.

Yes, I still remember;
the kisses, the hugs, the sunsets.
And I still in the same position,
I only have eyes for you.

Inevitable apreciación de un sentimiento













Indistintamente es imposible evitar
o descomponer tu presencia.
Inimaginablemente tratar de deducir
o clasificar el amor de tu esencia.

Prorrumpes el eco inerte de mi conciencia,
la Galicia nueva de mis placeres,
la cruz pretendida de mi apariencia,
remuerdes el propósito de mis quehaceres.

Aunque me quiebras, me sustentas.
Aunque me consuelas, tu me enseñas.
Estas aquí; las pisadas de al lado lo demuestran.
Estas aquí, el silencio del sin fin lo comprueba.

Y es que no te escribo, mis versos no te merecen.
No cabes en mis horas, ni en todas mis alturas,
a donde quiera que miro tus palabras reverdecen
y miro en el espero y me encuentro con tu hechura.

Puedo sentir amor, darlo y comprenderlo,
pero esto que siento, no tiene nombre en mi pecho
y aunque no lo quiero ya no puedo reprenderlo,
puedo confesar que hasta lo guardo en mi lecho.

Aunque estas tan lejos, estas siempre cerca de mi.

Untitled















Me causa un poco de gracia,
un chasquido de inseguridad,
incertidumbres en penumbra
a la víspera de tus miradas ciegas.

Aunque lo vislumbro en tus ojos,
eso que desde mucho atrás me atreví a ver.

Parezco rendido al encanto de la nada,
hechizado de la melancolía pasajera,
enlatado en el pensamiento
de ya no me importa que pueda pasar.

Parece que ya no sé como decirlo,
mis dedos secos ya no pueden tocar
la hora de mi velorio se ha adelantado
y mi alma llora pero mi ojos ni lo notan.

Se eclipsa todo aquello que quise que alguien supiera
al parece me rendí al abandono,
deje que mi desesperanza creciera
y guardara raíces en mi casa.

Deje de cocinar pensamientos para los demás
y me atraganté a mis desgracias.
Perjudiqué a los ocasos con mis engaños
y le pedí al invierno no se fuera de mi vida.

Dicen que de mirar uno muere por dentro
hace tanto que miro y miro,
pero nunca sentí que ver suficiente,
y ahora parece que estoy muerto.

Y ahora estoy aquí absorbido a este momento,
¿no logras recordar esa imagen?
¿aquella vez que nos conocimos?
¿Cuan efímero parece ese instante no crees?

Así lo decidí















No me quiero acabar los instantes,
guardo cada segundo que te vi,
porque aunque no lo sepas,
desde hace mucho que sé que eres.

Quisiera que me vieras cual soy,
que en mis sueños sueñas tu,
que en mis pieles guardo el secreto
¿no descubres algo en mi ojos?.

Apenas si puedo pensarlo,
a dificultades he dejado esta huella
y quiero que lo sepas,
quiero que lo tengas.

Cuando las cosas no vayan bien,
cuando todo significa nada
y no encuentres consuelo en los libros,
ni la paz calma tus ansias.

Tengo guardado en mis deseos,
al pedazo de tus pedazos,
el universo donde puedes ser libre,
porque aunque tanto cueste,

así lo determiné, así lo decidí
que fueras todo para mi,
y que en mis esperanzas te quedaras
aunque sólo vagas en la acera de enfrente.

Así soy y para esto existo,
para que pueda plasmar en cada hoja,
en cada mirada, en mis noches,
en mis cantos, en mis dolos,
que así lo quise; amarte hasta…